Te haz preguntado; ¿cuáles son los criterios más importantes para tomar decisiones en torno a la movilidad sustentable y de qué manera jerarquizarlos para responder a las necesidades de las ciudades?
Por Alejandro Hernández
Durante mucho tiempo se ha hablado de la importancia que deben dar las ciudades para migrar sus actuales sistemas de movilidad urbana a esquemas estructurados que prioricen a las personas al colocarlas en el eje central para la toma de decisiones.
Hoy día nos encontramos frente a un escenario pos-pandemia que nos obliga a mirar hacia el futuro repensando la forma en la que se distribuye el espacio publico. La actual crisis sanitaria por el COVID-19 puso al borde del colapso los servicios de salud y afectó severamente las actividades cotidianas de las poblaciones urbanas, especialmente en América Latina y el Caribe, donde las economías familiares dependen en gran medida del comercio local.
Entonces pues, en vista de que existe un riesgo latente de contagio al no existir vacunas y/o tratamientos efectivos que garanticen salvaguardar la salud colectiva, se tienen que idear formas para afrontar los retos cotidianos de la vida en las zonas metropolitanas y magalopolís, con infraestructura emergente para peatones y ciclistas que permita la reactivación económica y la interacción social manteniendo el distanciamiento físico, además, con nuevos modelos de interacción entre los distintos actores de la sociedad, los comerciantes y las transacciones económicas que estos realizan, se crean comunidades resilientes comprometidas con un cambio constante y progresivo.
Lo anterior no tendría oportunidad de realizarse sin la mutua cooperación del sector publico, las instituciones académicas, la sociedad civil organizada y la iniciativa privada… Pero es aquí donde surge un primer conflicto, ¿qué factor es aquel que se debe priorizar al momento de tomar decisiones y formular estrategias de movilidad?
Naturalmente pensaríamos que el diseño de las ciudades tiene que ser democrático y accesible para todas las personas, y aunque esto es verdad, el principal motivo no es la sociedad.
Según el Análisis Multicriterio para la Habilitación de Ciclovías Emergentes en la Zona Metropolitana del Valle de Toluca, el aspecto más importante no es la economía ni la sociedad; es el ambiente y por ello se deben construir estrategias que busquen su cuidado y preservación. El análisis consistió en ponderar los criterios de acuerdo con la escala de Saaty, la cual ofrece valores impares del 1 al 9 para jerarquizar la importancia de estos y así poder comparar cada uno de ellos sin prejuicios o sesgos, estando lógicamente, bien fundamentadas las elecciones de los valores designados.
De acuerdo con el análisis, se tomaron como punto de partida los ejes de la sustentabilidad (economía, sociedad y ambiente), donde primero fue necesario determinar la importancia que tiene cada uno de los criterios comparados con ellos mismos y fue gracias al método AHP (Analytic Hierarchy Process) o proceso de análisis jerárquico, que la resolución de matrices dio lugar a vectores de «peso», los cuales contienen en sus filas los valores porcentuales de los criterios.
En los términos de la movilidad sustentable, el aspecto económico es sinónimo de la eficiencia en la movilidad, puesto que menores tiempos de traslado, mayor accesibilidad y reducción de costos, ayudan a incrementar la rentabilidad de diferentes actividades, haciendo más eficientes los elementos que conforma su cadena de valor. Por su parte, el eje social se relaciona con la integridad del usuario, es decir, contempla criterios como mayor seguridad vial y una planificación más incluyente de las calles que coadyuve a mejorar la salud de las personas. Además, el eje ambiental esta relacionado con el aire y los factores que influyen en su calidad: óxidos de azufre y nitrógeno, material particulado y gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono.
Con estas relaciones se planteó una primer matriz que derivó la prioridad de cada criterio.
Esta matriz normalizada revela que tiene una mayor prioridad la sociedad sobre la economía, dicho de otra manera, es notablemente más importante llegar en una pieza a tu trabajo que llegar puntual, además el ambiente es ligeramente más importante que la eficiencia de la movilidad y por ende que el aspecto económico, incluso es 5 veces más importante que la integridad del usuario, ¿no lo crees así? Sólo espera…
Durante la primer mitad del mes de mayo del 2019 se vivió en toda la megalópolis de la zona metropolitana del valle de México y el valle de Toluca una contingencia ambiental extraordinaria por la mala calidad del aire, que según con la Red Automática de Monitoreo Atmosférico (RAMA), las concentraciones máximas de material particulado PM10 alcanzaron 143 puntos, PM2.5; 152 puntos y ozono que registró 123 puntos, siendo los limites para tener una buena calidad del aire de 0-50 puntos por parámetro.
En el tiempo que duró la contingencia se suspendieron actividades al aire libre, también académicas, religiosas e incluso labores, lo cual es un recordatorio de los impactos negativos que la contaminación atmosférica puede traer a la salud de las personas y sus economías.
De acuerdo con el análisis multicriterio previamente citado, la economía sólo tiene un 12% de la importancia que deberían dar los gobiernos a la hora de emprender proyectos urbanos, la sociedad en cambio, cuenta con un 28% de la prioridad, mientras que el ambiente tiene un 60%.
Y es que en base a la pirámide de Maslow que ejemplifica la teoría de la motivación humana y describe los peldaños que deben ser cubiertos para que una persona alcance la realización personal, el primer peldaño que debe ser satisfecho es el de las necesidades fisiológicas del hombre, tales como el descanso, la alimentación, la hidratación, la homeostasis y por supuesto, la respiración.
No sólo es impensable concebir la realización de nuestras actividades sin respirar, también son innegables los efectos adversos que la contaminación del aire causa sobre la salud humana, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, ésta aumenta los riesgos de padecer enfermedades respiratorias agudas, como la neumonía y crónicas como el cáncer de pulmón y enfermedades cardiovasculares .
En conclusión, sin aire limpio las personas enferman, y las personas enfermas no contribuyen al crecimiento económico de sus regiones.
Entonces, ¿cuáles son las estrategias que deben implementar las secretarias de movilidad para brindar una solución al problema de la contaminación atmosférica y contribuir a una transición segura de movilidad sustentable?
Tan sólo el sector transporte aporta el 25% de las emisiones atmosféricas a nivel nacional, esto según datos de la Secretaría de Medio Ambiente del Estado de México. Entonces, los primeros esfuerzos deben enfocarse en implementar modificaciones estructurales para transporte público masivo de personas y mercancías, especialmente aquellos que atraviesan zonas urbanas. Para que las personas los utilicen y las estrategias funcionen, se deben implementar acciones conjuntas que desincentiven el uso del automóvil particular al reducir el ancho de las calles secundarias para dar mayor espacio a los peatones y ciclistas, aumentar los impuestos aplicables al automóvil, así como el costo de las sanciones por incumplimiento del reglamento vehícular, bonificar el uso de vehículos no motorizados, ampliar estacionamientos para los mismos e invertir en infraestructura verde y luminaria que fomente las caminatas y minimice actos de vandalismo al generar un sentimiento de pertenencia entre la ciudad y las personas.
Un transporte público masivo estructurado, eficiente y seguro ayudaría a desplazar a los irregulares taxis colectivos, combis y camiones de pasajeros que actualmente sofocan a las zonas metropolitanas del Valle de Toluca y Valle de México.
Además, las flotillas vehículares, sistemas BRT o trenes de los nuevos sistemas de transporte público deben funcionar preferiblemente con energía eléctrica que proceda de fuentes renovables, así la electromovilidad debe ser prioridad en los presupuestos estatales y municipales destinados a las obras públicas, el transporte y las comunicaciones.
De a cuerdo con el diario La Vanguardia, España y China son líderes mundiales en cuento a transporte eléctrico masivo, ejemplo de esto es la empresa china BYD quien en 2017 introdujo su tecnología a Chile, pues el país suramericano pretende reducir sus emisiones a través de medidas aplicadas al transporte.
Con estas primeras medidas se afianza un notable mejoramiento de la calidad del aire en las zonas conurbadas, sin embargo, paralelamente es necesario implementar estrategias para peatonalizar las calles secundarias, de acuerdo con las leyes de tránsito y manuales de planeación urbana correspondientes a cada entidad, se tiene que garantizar el acceso a la calle a través de señalizaciones con pintura que delimiten los andadores, indiquen los espacios exclusivos para personas con discapacidad y especifiquen el flujo que deben seguir los usuarios de la calle. De esta manera se respalda la seguridad de los individuos, pues la infraestructura pensada en personas y no en vehículos pasa a ser material práctico de aprendizaje y educación vial, eventualmente la mejor manera de encausar cultura de tránsito.
Intervenciones en la ciudad y los barrios por parte de la sociedad civil ayudan a sensibilizar a los usuarios de la calle y promueve la reflexión colectiva sobre la democratización del espacio público, crean vínculos personales que refuerzan el sentimiento de pertenencia y el tejido social.
Paralelamente la presencia de peatones en la calle beneficia al comercio local, fortaleciendo las economías familiares y la prosperidad financiera de la región, haciéndola atractiva al turismo y a la inversión, es por este motivo que es tan importante pacificar las calles y avenidas, protegerlas del ruido, el calor y la contaminación del aire para confort de las personas.
Así, frente a la emergencia sanitaria de la pandemia causada por el virus SARS-CoV-2, los municipios, estados y naciones deben generar proyectos de intervención en las comunidades de la mano de sus actores sociales que beneficien a las personas y sus negocios manteniendo el distanciamiento físico pero no social.
Nos encontramos en el momento oportuno para generar cambios positivos en beneficio de la gente, priorizando al ambiente. Esto es una valiosa oportunidad para posicionar a medios alternos de movilidad como la bicicleta, dar un mayor espacio a los peatones y forjar calles incluyentes que permitan el acceso a personas con limitaciones físicas, para no dejar a nadie atrás.
Referencias: